By Germà Pelayo
La DGR (Democracia Global en Red) es una propuesta que pretende responder a la necesidad de rediseñar radicalmente el poder mundial para que la humanidad exprese sus necesidades y resuelva democrática y pacíficamente las grandes amenazas que le afectan, como la crisis medioambiental, la proliferación nuclear y armamentística, la fragilidad financiera o las desigualdades extremas, entre otros grandes desafíos.
Es una hipótesis de trabajo que pretende contribuir a impulsar un debate hasta ahora secundario: el de la formulación de una gobernanza global ciudadana deseable, más allá del debate dominante sobre la interpretación de la gobernanza global geopolítica y económica existente. A pesar de que pueda parecer utópico plantearse este escenario, por razones de legitimidad, de obligación moral y de supervivencia, hace falta empezar a discutir y consensuar horizontes y modelos futuros, e implementar pasos para su desarrollo en la medida de lo posible, y lo más rápidamente posible.
Los motivos para entamar este camino son conocidos: frente a la crisis sistémica actual la humanidad todavía no dispone de pistas o alternativas políticas, porque la cuestión de un reparto justo del poder, como premisa para un reparto justo de los recursos, que concierne a la vez el problema de la política en sociedades interculturales de masas, y el problema de la naturaleza de la democracia, no ha sido nunca abordada en el marco de una comunidad de siete billones de personas, con herramientas nuevas o propias que respondan a la especificidad del desafío que supone.
La DGR es una democracia híbrida (directa y sorteada) en la que la ciudadanía mundial delibera, vota y toma decisiones regularmente por diferentes medios. Carece de un poder central (Gobierno Mundial) y articula horizontalmente subredes y organismos que recogen regularmente la expresión ciudadana directa traduciéndola en directivas, leyes o agendas sobre competencias globales. Cubre las funciones legislativa y ejecutiva y en su diseño elude inicialmente la función judicial u otras (mediática, educativa, etc.), que se definirían en un proceso constituyente. Su ámbito de jurisdicción es global aunque interactúa con regiones, Estados y autoridades locales para completar esta construcción de la voz ciudadana.
Este sistema combina democracia directa con referendos regulares globales, democracia deliberativa mediante Consejos Ciudadanos que profundizan los resultados de los referendos, una Asamblea Mundial sorteada que da formato normativo a los resultados de los referendos y los Consejos, y una adaptación legislativa y ejecutiva descentralizada en los países, bloques regionales y autoridades locales, que adhieren voluntariamente a la Comunidad Mundial. Además, este sistema de subsidiariedad decisional se combina con una soberanía líquida de los territorios con un circuito de decisiones de abajo a arriba que garantiza en todo momento la autodeterminación geocultural y los derechos de las minorías.