Por Gustave Massiah
El sistema internacional construye el ajuste de cada sociedad al mercado mundial y a su lógica dominante y prohíbe otras vías de transformación social. La búsqueda de alternativas a la transformación de las sociedades implica la necesidad de un nuevo sistema internacional. Para ir más lejos en la definición de una estrategia, el autor propone una línea directriz organizada en torno a dos imperativos: una nueva constitución del mundo fundada sobre la democracia mundial y un convenio social mundial fundado sobre el respeto y la garantía de los derechos, tanto civiles y políticos, como económicos, sociales y culturales.
La línea directriz de la democracia mundial y del convenio social mundial da una orientación y una perspectiva para una nueva fundación del sistema internacional y de las Naciones Unidas. Para su puesta en marcha, el eje estratégico serían los movimientos y las luchas a favor de la democratización de las relaciones internacionales. Podríamos citar cinco: las luchas y el movimiento por el derecho internacional, por la condonación de la deuda, por la fiscalidad internacional, por la responsabilidad social y medioambiental de las empresas y por la reforma de las instituciones financieras internacionales.
Basándose en las luchas por la democratización, se pretende proponer la creación de una plataforma radical del sistema internacional. Ésta comprendería la democratización del funcionamiento de las instituciones que deben poner en marcha la regulación internacional, la constitución de instancias de arbitraje y de recursos eficaces, un sistema internacional de denuncias abierto a todas las asociaciones ciudadanas, la prioridad dentro del sistema internacional de la lucha contra la impunidad, la integración efectiva en el sistema directo de las Naciones Unidas de las instituciones financieras y comerciales internacionales, FMI, Banco Mundial, Sociedad Financiera Internacional y la OMC, una nueva arquitectura posiblemente fundada sobre las bases regionales de cooperación y un sistema de representación regional a nivel mundial, y la obligación de los acuerdos y pactos internacionales y de todas las instituciones internacionales de respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Fuente: L’autre campagne
_ www.lautrecampagne.org
Por Gustave Massiah