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Por un movimiento democrático cosmopolitario

Fecha de creación

Jueves, Marzo 14, 2013 - 03:37


La crisis ecológica planetaria y la incapacidad por parte del sistema internacional de los Estados para resolverla, muestran que la “condición humana” es hoy universal; hoy más que nunca. Incita la Humanidad (llamada hoy “raza humana” o “género humano”) a plantearse y a pensarse como una “Comunidad-mundo”, a constituirse en “sociedad-mundo” y tal y como una “nación-mundo”, a defender colectivamente su supervivencia y su futuro.

A la Humanidad le cuesta mucho percibirse como una comunidad-mundo, la conciencia de compartir un destino común a escala del planeta no es compartida por la mayoría. Más aún, sólo la constitución de una forma de poder político planetario, sea cual sea, podría conducirnos a una “sociedad-mundo”. En Suiza, la Constitución de la Confederación helvética es la que forjó el sentimiento de ser Suizo; y la Unión europea es la que construye hoy la identidad europea.

Ni el sistema internacional u onusiano contemporáneo, sin embargo fundado en la democracia bi o multilateral, ni siquiera el G8 o el G20 son eficientes para constituir las bases mínimas de una estructura institucional que permita la creación de una gobernanza mundial.

Sin embargo, hoy es imprescindible buscar una gobernanza mundial efectiva para la supervivencia de la Humanidad en la tierra, y ni siquiera hablamos de las aspiraciones de los seres humanos a la libertad, la igualdad, la solidaridad, y menos aún de su deseo de emancipación.

Cómo hacer para que la gobernanza mundial se vuelva operativa: ese es, a mi parecer, "el desafío del siglo" al que debemos responder. La situación se estaría volviendo urgente; pero todavía no disponemos de las herramientas teóricas para responder a la pregunta y menos aún de las fuerzas sociales y políticas necesarias para instaurar las condiciones de esta gobernanza.

La propuesta del autor aparecerá “utópica” a algunos y demasiado ambiciosa: es porque no se resigna a pensar el mundo con los conceptos que tenemos a nuestra disposición y porque se ubica decididamente en un nivel de acción social especialmente elevado: el nivel universal y mundial de la Humanidad. El autor decidió colocar su teoría en un período lo suficientemente largo como para integrar al menos la era moderna, en un espacio geográfico lo suficientemente extenso como para abarcar el conjunto del planeta y en un espacio sociológico lo suficientemente amplio como para tomar la humanidad como objeto dentro de su universalidad.

Pour alcanzar su objetivo el autor plantea varias preguntas, que deberían contribuir a un nuevo paradigma de pensamiento y a su vez a un nuevo paradigma de acción. Las preguntas son éstas:

_ - ¿cómo definir el mundo actual en su diferencia con los mundos anteriores?
_ - ¿cómo definir la forma política que permitirá la gobernanza mundial?
_ - ¿cómo definir el movimiento que permitirá ejercer un control democrático de la gobernanza mundial?


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