Por Heather Marsh
Hace demasiado tiempo que el mundo aguarda un sistema de gobierno completamente nuevo. Todo sistema político que hemos probado ha demostrado ser incapaz de proteger la dignidad y los derechos humanos. Todo sistema político que hemos probado ha degenerado en oligarquía. Para que el cambio tenga lugar se requiere de manera inmediata dar a los individuos el control y la responsabilidad, llevar a los sistemas regionales bajo gobernanza regional, permitir colaboraciones globales y proteger la herencia de futuras generaciones, necesitamos un nuevo modelo político.
Las corporaciones tienen la libertad de vivir en un mundo sin fronteras ni responsabilidad social, de poseer propiedades ningún individuo puede reclamar, y controlar un gobierno y sistema legal mundial. Ello ha tenido consecuencias insoportables para los recursos mundiales y los derechos individuales. Las personas están bloqueadas por fronteras nacionales arbitrarias, por una creciente vigilancia, propaganda militar y xenófoba, empobreciendo nuestra habilidad a colaborar y, con frecuencia, a sobrevivir. Nuestras especies migratorias por naturaleza están siendo enjauladas como animales de zoo, de forma incremental cuando paradójicamente la tecnología nos brinda más posibilidades para interactuar. La inmigración se ha vuelto un privilegio de la élite en lugar de un derecho de las personas desesperadas. Las personas del mundo están siendo divididas no en comunidades formadas naturalmente , sino en mercados económicos controlados por corporaciones. La gobernanza por estados nacionales es hoy en día tan arbitrario e ilógico como resultó ser anteriormente la gobernanza por estados citadinos.
El paso acelerado y el poder de las comunicaciones globales ejerce presión hasta hacer reventar los antiguos sistemas de control. Las personas podemos desplazarnos en masa a través de fronteras, evitar el sistema financiero actual, establecer nuestro propio comercio, crear transparencia y proveernos mutuamente de asistencia en caso de emergencia. Este poder de desmantelar las estructuras sobre las que nos hemos apoyado aterroriza a muchos porque no hay un camino claro y actualmente se han formado pocas estructuras de las destinadas a reemplazar aquéllas que se están derrumbando. El aumento de nacionalistas y tradicionalistas extremos a nivel mundial, y el incremento de control militar y de inteligencia son indicativos de este miedo de nuestro futuro desconocido. Antiguos sistemas autoritarios ya no pueden mantener unido el caos natural de una sociedad libre, pero nosotros podemos demostrar el poder de un caos ordenado, la belleza y la creatividad de la libertad de colaboración, si construimos las buenas estructuras ahora.
Este texto no es de ninguna manera una respuesta definitiva a cualquiera de las preguntas que se nos plantearán. Esto es tan sólo una documentación de lo que parece evidente en este momento, qué ideas no han funcionado y porqué, y qué ideas, pareciendo funcionar en instancias aisladas, podrían escalarse para ayudarnos en el futuro en situaciones más generales . Muchas de estas ideas no son lo que nosotros pensábamos que funcionaría hace tan sólo un par de años cuando buscábamos el consenso en todas las cosas, anonimato, meritocracia, todas las decisiones por asamblea, comercio de igual a igual y la mente colectiva. Aquellos ideales siguen siendo maravillosos 7 y útiles pero requieren modificación a fin de reflejar lo que hemos descubierto en práctica. Esperemos que nosotros evolucionemos lo suficientemente rápido para que las ideas aquí enunciadas también requieran modificación de forma inmediata.