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Un mundo más seguro: nuestra responsabilidad compartida

Fecha de creación

Jueves, Diciembre 2, 2004 - 14:09

Vivimos en un mundo de nuevas amenazas evolutivas, amenazas que no se podían haber anticipado cuando se fundó la ONU en 1945 -amenazas como el terrorismo nuclear y estados que se derrumban como consecuencia del veneno de la pobreza, la enfermedad y la guerra civil. La corrosión de la capacidad de los estados en todas partes del mundo debilita la protección de cada estado contra amenazas transnacionales como el terrorismo y el crimen organizado. Para su seguridad, todos los estados necesitan cooperación internacional.

Este informe es el resultado del trabajo del Grupo de alto nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio, al que la Secretaría General de la ONU encargó generar nuevas ideas sobre los tipos de políticas e instituciones que requiere la ONU para poder dar acción efectiva en el siglo XXI. En su informe, el Grupo de alto nivel presenta una nueva visión audaz de la seguridad colectiva.

Hay seis conjuntos de amenazas que el mundo debe enfrentar ahora y en las décadas que vienen: la guerra entre estados; la violencia dentro de los estados, incluyendo guerras civiles, abusos de gran envergadura de derechos humanos y genocidio; pobreza, enfermedad infecciosa y degradación ambiental; armas nucleares, radiológicas, químicas y biológicas; terrorismo; y crimen organizado transnacional.

Para enfrentar este panorama, la ONU debe dotarse de medios para responder de manera efectiva a la gama completa de estas amenazas. Las Naciones Unidas y sus instituciones de seguridad colectiva han demostrado a lo largo del tiempo que han sido operacionales. Se ha permitido acabar con muchas guerras civiles a base de negociaciones. El Tratado de no proliferación de armas nucleares ha ayudado a evitar un incremento de los estados que poseen armas nucleares. La Organización Mundial de la Salud ayudó a detener la propagación del SRAG antes de que matara a decenas de millares, quizás más.

Para enfrentar las amenazas, es necesario actuar por medio de prevención, de reacción a las amenazas y de reorganización del sistema institucional. La prevención cubre problemáticas como: la lucha contra la pobreza; la construcción de seguridad contra enfermedades; la mejoría de los medios para una diplomacia preventiva y una mediación frente al riesgo de guerra dentro de los estados y entre ellos; el respeto de los acuerdos de no proliferación de armas nucleares, biológicas y químicas; las negociaciones de desarme y la no construcción de nuevos centros para el enriquecimiento y la reelaboración del uranio; y la organización y cooperación contra el terrorismo y la criminalidad internacionales.

Además de prevención, se consideran muchas maneras de enfrentar las amenazas, entre ellas: el uso proporcionado de la fuerza; la obligación de proteger a las poblaciones civiles contra la violencia; el mantenimiento y la restauración de la paz; así como la construcción de la paz después de un conflicto.

Por fin, la ONU necesita que sus instituciones existentes funcionen mejor. Esto significa volver a dinamizar la Asamblea General y el Consejo Económico y Social, y restaurar la credibilidad de la Comisión de Derechos Humanos; aumentar la credibilidad y la efectividad del Consejo de Seguridad con una composición más representativa, involucrando a nuevos miembros permanentes sin poder de veto, o involucrando nuevos puestos de cuatro años renovables; establecer una Comisión de construcción de paz; mejorar su colaboración con organizaciones regionales.


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