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La reforma de la ONU y el movimiento altermundialista

Fecha de creación

Viernes, Marzo 14, 2008 - 17:22

Las Naciones Unidas se encuentran en la encrucijada. No han perdido completamente sus méritos ni han sido realmente convincentes. Su reforma es un interrogante fundamental que, sin embargo, genera varias respuestas. Para algunos, las Naciones Unidas deberían convertirse en el sistema político de la mundialización liberal. Para el autor del artículo la cuestión radica, por el contrario, en saber cómo definir e implementar una reforma radical de dicho organismo. Se parte de la hipótesis del movimiento altermundialista como agente motor de alianzas más amplias con otras fuerzas sociales y políticas, apuntando a la transformación de la ONU en la perspectiva de la construcción de una democracia mundial.
Estas posiciones juegan un papel en la toma de conciencia y el análisis crítico. Desde el punto de vista de las propuestas, la reflexión está centrada en las posiciones que estructuran el espacio del debate y los enfrentamientos sobre las reformas. Para algunos, las Naciones Unidas deberían convertirse en el sistema político de la mundialización liberal, una mezcla de instituciones del tipo del Banco Mundial, el FMI y la OMC por un lado y una alianza militar del tipo de la OTAN por otro. Los defensores del reformismo moderado estiman que la existencia de una regulación, aun parcial y poco eficiente, ya es un objetivo en sí. Se trata de cuidar que la máquina no se rompa, dando todo el poder al unilateralismo norteamericano. Hay que contentarse con algunas enmiendas cuando sea posible. Los defensores de una reforma radical consideran que hay que aceptar los riesgos de un cuestionamiento que marque una ruptura necesaria, dada la índole de lo que está en juego. En esta perspectiva se ubica el autor.

El hecho de saber si las Naciones Unidas son reformables o no, no parece ser determinante por sí solo. La cuestión es saber de qué manera definir una reforma radical y cómo hacer que pueda imponerse. La definición de una orientación y el estado de la situación permiten definir con cierta facilidad las reformas necesarias. Pero esas reformas no podrán imponerse por sí solas. Las Naciones Unidas han demostrado su capacidad para evolucionar. Creadas en el contexto de la guerra fría, tuvieron capacidad para tratar la descolonización y contribuir en el tema. Hay una cuestión estratégica. Pongamos como hipótesis que el movimiento altermundialista puede ser el portador de esta transformación. Para imponerla, se plantea entonces el tema de las alianzas. Hay una cuestión de método también, que permite relacionar una perspectiva de conjunto con las luchas y las movilizaciones por reformas particulares.

El proceder propuesto es el siguiente: partir de las problemáticas del período y de los retos que se plantean a los organismos internacionales: la mundialización, las guerras, el derecho internacional; explorar, a partir del estado de la situación, las nuevas perspectivas; definir las orientaciones y la línea directriz de una refundación: la democracia mundial y el contrato social, así como también el lugar estratégico del derecho internacional; formalizar un eje estratégico, el de los movimientos y las luchas por la democratización del sistema internacional, con una doble necesidad: inscribir a cada una de estas propuestas de democratización dentro de la perspectiva de la democracia mundial e inscribir a cada uno de los frentes para la democratización dentro de una alianza más amplia para la reestructuración del sistema internacional; hacer explícitas las propuestas de reformas radicales e interrogarse sobre las fuerzas sociales y políticas que pueden llevarlas adelante, así como también sobre las posibles alianzas.

Fuente: CADTM
_ www.cadtm.org


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