
En las siguientes páginas leeremos cómo se mide actualmente
	y cómo podría llegar a medirse el progreso y el
	bienestar de las sociedades en América Latina. La mayoría
	de los autores comienza por definir los conceptos
	de progreso, bienestar, felicidad (eudaimonía), libertad,
	equidad. A partir de ahí analizan temas como el bienestar
	objetivo y subjetivo, las necesidades y capacidades humanas
	esenciales, las necesidades universales, la capacidad
	de agencia, la riqueza y la pobreza humanas y económicas,
	el nivel y la calidad de vida, el florecimiento humano,
	entre muchos otros.
	Se examina con rigor el papel de los Indicadores subjetivos
	y de crecimiento, y se insiste en la inclusión en las mediciones
	de factores tan relevantes como: oportunidades
	y garantías de seguridad y transparencia que los países
	ofrecen al individuo; condiciones de equidad, igualdad de
	género y de libertad; salud mental y física del individuo;
	desarrollo de la vida familiar; influencia del medio ambiente;
	función de los bienes relacionales, etcétera.
	Todos los autores coinciden en señalar los retos que enfrenta
	la medición del progreso social para ser efectiva,
	como pueden ser: la necesidad de establecer una relación
	clara bienestar-progreso, o bien, progreso-equidad; la urgencia
	de reconocer a la educación como principal promotora
	del bienestar; la conveniencia de destacar e impulsar
	el papel de los jóvenes en el progreso de las sociedades,
	así como de procurar el progreso y el bienestar de los
	trabajadores en América Latina, y muchos más.