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El FMI, el Banco Mundial y el respeto de los derechos humanos

Fecha de creación

Jueves, Mayo 19, 2005 - 13:32

¿Se supone que El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tienen que respetar las obligaciones enunciadas en la Carta de las Naciones Unidas, incluyendo la obligación de respetar los Derechos Humanos? Si bien es cierto que, en tanto organismos especializados de la ONU, son funcionalmente independientes, corresponde que respeten los Derechos Humanos y el derecho consuetudinario en general. En reglas generales, es evidente que ninguna organización internacional que pretenda actuar como sujeto de derecho internacional y que pretenda tener una personería jurídica internacional no puede argumentar con seriedad que está exenta de respetar las obligaciones internacionales, en particular las reglas de protección de los Derechos Humanos.
Este artículo relata la historia de estos dos organismos desde su origen en el seno del sistema de las Naciones Unidas. Describe sus relaciones, sus funciones y su relación de obligación frente al derecho internacional y los derechos humanos. Aboga por llevar ante la justicia al Banco Mundial en cada país, en respuesta a su política de préstamos en perjuicio de centenas de millones de ciudadanos.

El FMI y el Banco Mundial no están obligados a tomar en cuenta el respeto de los derechos humanos. Ahora bien, desde un punto de vista histórico y contrariamente a lo que ellos afirman, se trata de organismos especializados de las Naciones Unidas y, en su carácter de organismos especializados, están vinculados por la Carta de las Naciones Unidas. El sistema de la ONU se basa en la cooperación internacional, y en particular en la cooperación económica y social internacional.

Según el artículo 57, párrafo 1, de la Carta de las Naciones Unidas, los diversos organismos especializados establecidos por acuerdos intergubernamentales, que tengan amplias atribuciones internacionales definidas en sus estatutos, y relativas a materias de carácter económico, social, cultural, educativo, sanitario, y otras conexas, serán vinculados con la Organización de las Naciones Unidas a través de su Consejo Económico y Social (CES, más conocido por su sigla en inglés ECOSOC).

Por lo tanto, dichos organismos financieros están obligados a respetar los derechos humanos en la elaboración y aplicación de sus políticas: ningún sujeto de derecho internacional puede dejar de cumplir con esas obligaciones invocando la ausencia de un mandato explícito o el argumento de la “no politización”, ni menos aún una interpretación restrictiva de los derechos económicos, sociales y culturales como elementos menos apremiantes que los derechos civiles y políticos.

El Banco Mundial, al igual que el FMI, se basa en ese postulado para desligarse de toda responsabilidad en términos de no respeto de los derechos sociales, económicos y culturales. Pero los derechos civiles y políticos son indisociables de los derechos sociales, económicos y culturales.

Desde que el Banco Mundial otorga préstamos, gran parte de entre ellos han servido para llevar adelante políticas que perjudicaron a cientos de millones de ciudadanos. Por otra parte, el Banco Mundial ha ayudado en muchas ocasiones a regímenes dictatoriales, responsables probados de crímenes contra la humanidad. El Banco también ha otorgado préstamos a las metrópolis coloniales para la explotación de los recursos naturales de los países que éstas dominaban hasta los años ’60, y que luego se sumaron a la deuda externa de los Estados independizados.

Fuente: CADTM
_ www.cadtm.org


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