Debemos decidir la dirección que debe tomar el planeta si no queremos que los mercados sigan haciéndolo en la dirección que nos conduce a la catástrofe. Pero construir un gobierno mundial comporta el riesgo de que se convierta en una dictadura global, de ahí el concepto de gobernanza, que incluye criterios como sustentabilidad y diversidad entre los diferentes elementos del sistema. Para construirla hace falta pasar de súbditos del mercado a ciudadanos del mundo. “La globalización es un hecho,” declara José Esquinas, quien después de 30 años en la FAO, es ahora director de la Cátedra sobre Hambre y Pobreza en la Universidad de Córdoba (España), “el problema es qué globalización queremos, cómo la regulamos y cómo la gobernamos.”