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El estado posmoderno

Fecha de creación

Domingo, Marzo 31, 2002 - 13:36

El sistema de estados posmodernos ha derrumbado las fronteras nacionales y rechazado la fuerza para resolver disputas. La UE es el ejemplo más desarrollado de este fenómeno, pero no el único. Por otro lado, el estado premoderno puede ser demasiado débil incluso para asegurar su propio territorio, aún menos para representar una amenaza internacional, pero puede mantener una base de actores no estatales que son potencialmente peligrosos para el mundo posmoderno. Por consiguiente, se necesita una nueva forma de imperialismo voluntario para el mundo. El autor ilustra esta tesis con el ejemplo de la intervención europea en los Balcanes.
Las características principales del mundo posmoderno son:

- ruptura de la distinción entre los asuntos interiores y exteriores;
- interferencia mutua en asuntos interiores (tradicionales) y vigilancia mutua;
- rechazo de la fuerza para resolver disputas y codificación consecuente de reglas de conducta autoaplicadas;
- una falta creciente de pertinencia de las fronteras, por el papel cambiante del estado, pero también por proyectiles, automóviles y satélites;
- una seguridad basada en la transparencia, una franqueza mutua, la interdependencia y una vulnerabilidad mutua.

El punto fundamental es que un gran número de los estados más poderosos ya no quieren luchar o conquistar. El imperialismo en el sentido tradicional está muerto, por lo menos para los poderes occidentales. La UE es el ejemplo más desarrollado de un sistema posmoderno. Representa la seguridad con transparencia, y la transparencia con interdependencia. Aunque los miembros del mundo posmoderno puedan no representar un peligro entre si, tanto las zonas modernas como las premodernas representan amenazas.

Puede que el estado premoderno sea demasiado débil incluso para asegurar su propio territorio, aún menos para representar una amenaza internacional, pero puede mantener una base de actores no estatales que son potencialmente peligrosos para el mundo posmoderno. Si los actores no estatales, notablemente los sindicatos de la droga o del crimen, o los terroristas se ponen a usar los estados premodernos como bases para ataques sobre las partes del mundo más ordenadas, entonces los estados organizados tendrán tal vez que responder en el futuro.

Todas las condiciones del imperialismo están presentes, pero tanto la oferta como la demanda de imperialismo se han agotado. Mas los débiles todavía necesitan a los fuertes, y los fuertes todavía necesitan un mundo ordenado, en que parecen sumamente deseables una estabilidad y una libertad de exportación bien gobernadas, y una apertura para la inversión y el crecimiento .

Lo que se necesita entonces es un nuevo tipo de imperialismo, uno aceptable en un mundo de derechos humanos y de valores cosmopolitas. Ya podemos discernir su esbozo: un imperialismo que, como todo imperialismo, busca traer orden y organización, lo que hoy reposa en un principio voluntario.

El imperialismo posmoderno toma dos formas. Hay primero el imperialismo voluntario de la economía mundial. La segunda forma de imperialismo posmoderno podría llamarse el imperialismo de vecinos. La inestabilidad en estados vecinos presenta amenazas que ningún estado puede ignorar. Por ejemplo, el mal gobierno, la violencia étnica y el crimen en los Balcanes representan una amenaza para Europa.

Este artículo está publicado en la colección “Reordering the World: The Long Term Implications of September 11” publicada por The Foreign Policy Center.


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